Un ícono de la moda del siglo XX, su verdadera creadora fue Henriette Fortuny,
esposa del afamado artista Mariano Fortuny,
a quien se le atribuyó por mucho tiempo esta bella creación.
Su inspiración fue la túnica que viste el bronce Auriga de Delphos.
La sencillez de su hechura hacen de este modelo un símbolo de liberación de los corsés y estructuras aprisionantes que usaban las mujeres.
La sencillez de la túnica de Delphos cautivó a la aristocracia y nobleza europeas,
así como a las divas del cine y el baile.
Los tintes y fórmulas que usaban Fortuny y Henriette en sus creaciones nunca fueron revelados y hoy en día, aún no se ha conseguido descubrirlos.
Los tintes y fórmulas que usaban Fortuny y Henriette en sus creaciones nunca fueron revelados y hoy en día, aún no se ha conseguido descubrirlos.
Consistía en una taffeta de seda exquisita y finamente plisada.
La túnica era a veces acompañada de pañuelos de seda o terciopelo estampado.
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