TEÑIDO DE SEDAS CON TINTES NATURALES

En el año 2016 tuvimos la oportunidad de llevar un curso de 
tejido y teñido de los hilos de seda.
Fue un curso de un día, en el que Pilar y yo disfrutamos mucho en Luang Prabang, Laos.
En realidad, viajamos un grupo de 10 aficionadas a los textiles, 
pero, unas quisieron llevar el curso de tejido únicamente.


Pilar y yo dijimos que queríamos la experiencia completa.
Aprendimos mucho, aunque no por eso, 
 podemos decir que seamos expertas en la materia y,
 sin embargo, nos encantaría compartir lo aprendido.


El proceso de teñido de los textiles o hilos de seda, es un proceso mágico 
en el cual participa el alma de uno, en su totalidad.

Qué colores quiero ver plasmados en mi textil?
Qué colores me definen o me impactan en este preciso momento?
Quiero algo suave o impactante?
Es un poco entrar en tu espíritu y plasmar en los hilos de seda lo que uno tiene adentro.


Y, para teñir con tintes naturales hay, además, que ir a buscar en la naturaleza 
los colores que decidí plasmar en los hilos de seda. 
Esto, claro, lo hace más emocionante y mágico.

De los colores que quisimos plasmar en los hilos estaban
 los rojos, fresa, crema, amarillo, etc.

Fuimos por lo tanto, en busca de los frutos del achiote para poder obtener el amarillo, que refulgía en mi espíritu. Del achiote se utilizan las semillas rojas que se muelen en un mortero primero y luego se hierven. El tinte de esta planta es tan fuerte que no necesita de mordiente para fijar el color en los hilos de seda.

                   Recogiendo los frutos del achiote





Semillas del fruto de achiote en el mortero

También quisimos experimentar con la cúrcuma de la cual 
se obtiene un color amarillo o café, según la mezcla de agua y tinte que se haga.
De ésta, se utiliza la raíz, que viene siendo como un jengibre que hay que desenterrar. 
Para obtener este tinte, también se muele la raíz y luego se hierve con hojas de tamarindo, como mordiente, para fijar el color en los hilos de seda. 
Y, fuimos a desenterrar las raíces de esta planta que además tiene propiedades medicinales.


Desenterrando la raíz de la cúrcuma


Queríamos un color fuerte y rojo así que pensamos en el árbol del malinche, que se usan astillas del mismo para teñir de rojo. Como cerca de la localidad, no habían árboles de malinche, nos tuvimos que conformar con sacar astillas de la madera, que ya estaba cortada, y que luego herviríamos.
 El color que se obtiene de estas astillas dependerá del mordiente que se use. 
Si le agregamos agua con ceniza, el color será más fresa y 
si le agregamos hierro oxidado, el color será más anaranjado.

Árbol de flambloyan

Astillas de malinche


Y, además, queríamos ver el proceso de las hojas y corteza de la teca, árbol que hoy en día se siembra en enormes plantaciones en Costa Rica, para exportar la madera a Asia.
Al agua hirviendo se le agrega alumbre como mordiente y si se quiere un color más pálido se le agrega agua, luego de obtenido el tinte. 
El color que obtuvimos fue un crema rosado ya que queríamos un tono pálido. 
Era lo que nuestro espíritu pedía luego de colores fuertes.


 Árbol de teca 


Todos los procesos incluyen la cocción de los elementos que nos darán el tinte deseado y la inmersión de los hilos de seda en la cocción de tintes. Si se quiere colores más pálidos, la inmersión será de sólo unos minutos, o se le agrega agua al tinte para arralarlo. 
Si se quiere un color más fuerte se repetirá el proceso de inmersión varias veces. 


Proceso de cocción e inmersión de los hilos de seda en el agua de achiote

Escurrido de los hilos de seda teñidos con hojas de teca



Los colores que obtuvimos todos brillantes
 y llenos de magia!


 El color azul, se preguntarán ustedes, el color azul lleva 
un proceso diferente y más complicado.

El color azul lo dejaremos para la próxima.






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